“Todo sigue igual” a 50 años del asesinato de Lucio Cabañas
*A la conmemoración asisten exmiembros de seis grupos guerrilleros del país, en algunos casos los hijos de los combatientes
*El sacerdote Filiberto Velázquez quien oficio una misa en memoria de las víctimas
*El hermano de Lucio Cabañas, Pablo Cabañas, quien tiene 86 años y estuvo preso ocho años por la lucha que inició su hermano en 1967
MARLÉN CASTRO
AMAPOLA PERIODISMO
Este 2 de diciembre que se cumplen 50 años del asesinato de Lucio Cabañas Barrientos, Esteban Mesino Martínez y Lino Rosas Pérez, en la cañada del Otatal, municipio de Tecpan de Galeana, a manos del Ejército Mexicano, las cosas continúan igual por las mismas razones por las que los combatientes del Partido de los Pobres (PDLP) se internaron en la Sierra a pelear contra el gobierno federal para derrocarlo.
“Lucio comenzó a pelearse contra los talamontes en 1967 y las cosas siguen aquí igual: seguimos peleando contra los talamontes”, denunció Víctor Cardona Galindo, cronista de Atoyac y uno de los organizadores de las actividades de los 50 años del asesinado de Lucio, Esteban y Lino, combatientes del Partido de los Pobres (PDLP), ocurrido en 1974.
Desde hace seis años, sobrevivientes y familiares de asesinados y desaparecidos por el Ejército Mexicano en la década de los setentas, conmemoran los asesinatos de Lucio Cabañas y los dos combatientes que lo acompañaron hasta el final, en la cañada del Otatal, donde ocurrieron los hechos en 1974.
Llegar a la cañada del Otatal implica una travesía de dos horas a pie desde Las mesas, una población de unos 300 habitantes del municipio de Tecpan de Galeana, que se ubica en una desviación de la carretera Acapulco-Zihuatanejo, entre las comunidades de San Luis la Loma y San Luis San Pedro, un área dominada económica, política y criminalmente por el grupo del crimen organizado de Los Granados. Llegar en esta ocasión hasta el lugar implicó un acuerdo con este grupo, sobre todo, después de la jornada violenta en Tecpan después de la incursión del supuesto grupo Gente Nueva Guerrerense (GNG), el pasado 24 de octubre, en el que las versiones populares hablan de por lo menos cincuenta personas asesinadas, las que ingresaron a disputarles la zona a Los Granados.
Esa fecha del 2 de diciembre que Lucio y sus combatientes fueron cercados, el Ejército se llevó a un tercer combatiente que acompañaba a Lucio: el menor de 14 años, Marcelo Serafín Juárez, a quien desaparecieron. Hasta la fecha, lo buscan su madre Victoria Juárez Serrano y su hermana Margarita Serafín, quienes exigen su presentación con vida.
La hija de Lucio Cabañas, Micaela Cabañas Ayala, destacó la resistencia de los familiares de los sobrevivientes de la llamada Guerra Sucia, la que inicio el Ejército contra la población, porque a pesar de la persecución y el hostigamiento mantuvieron la memoria de lo que representó la lucha del Partido de los Pobres que encabezó su padre, por mejores condiciones de vida para los campesinos.
A esta sexta conmemoración en la cañada del Otatal asistieron exmiembros de seis grupos guerrilleros, entre ellos, del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), con presencia en los estados del norte y centro del país, aunque menor, pero también hubo presencia de este movimiento guerrillero en Guerrero, como el profesor universitario Fernando Pineda Ochoa.
También asistieron excombatientes de la Liga Comunista 23 de Septiembre, del Ejército Popular Revolucionario (EPR), del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), en algunos casos vinieron hijos de excombatientes de estos grupos.
Asistieron a la conmemoración el sacerdote Filiberto Velázquez quien oficio una misa en memoria de las víctimas, el hermano de Lucio Cabañas, Pablo Cabañas, quien tiene 86 años y estuvo preso ocho años por la lucha que inicio su hermano en 1967.