Dan más de 100 años de prisión a secuestradores de “La Flor”

* Los hermanos Israel y Noé Cañas, presuntos integrantes de la banda de secuestradores La Flor (también conocida como Los Petriciolet) fueron sentenciados cada uno a 113 años de prisión

IVÁN MEJÍA/CDMX
EXCÉLSIOR DIGITAL

Los hermanos Israel y Noé Cañas Ovalle, presuntos integrantes de la banda de secuestradores ‘La Flor’, fueron sentenciados cada uno a 113 años de prisión por haber participado en distintos plagios.

Ulises Lara, vocero de la Fiscalía capitalina, informó que a Noé se le acusa de los delitos de privación ilegal de la libertad agravada, en perjuicio de un hombre, así como secuestro agravado, en detrimento de otro hombre y una mujer.

Mientras que Israel ‘N’, se le condenó por la comisión del delito de secuestro agravado, también en perjuicio de un hombre y una mujer, detalló el funcionario en un mensaje a medios.

De acuerdo con las averiguaciones, en agosto de 2002 la víctima del primer secuestro arribó a bordo de su vehículo a un centro comercial ubicado en la avenida Aztecas, en la alcaldía Coyoacán, ya que había acordado verse con un conocido, actualmente preso por el delito de secuestro en agravio de otra persona.

Al llegar cerca del estacionamiento del sitio señalado y entrevistarse con la persona referida, arribó otro hombre armado, de identidad desconocida, quien les ordenó que ambos ingresaran al vehículo del agraviado.

“Casi simultáneamente, arribó Noé ‘N’, quien se colocó en la parte trasera de la unidad vehicular, portando un arma de fuego, y el individuo de identidad desconocida como copiloto, para enseguida dirigirse a una casa de seguridad que se encontraba a las afueras de la ciudad”, indicó el funcionario.

Lara reveló que, en ese lugar dijeron a la víctima que para su rescate solicitarían una gran cantidad de dinero, pero al negociar con la familia en un primer momento, únicamente se entregó una cantidad parcial.

“Al haber transcurrido tres días de su privación de la libertad, el agraviado solicitó lo dejaran ir, ya que sería la única manera para pagar el rescate completo, por lo que los individuos lo amenazaron que si no regresaba privarían de la vida a su amigo, por lo que posteriormente se entregó una suma mayor y el otro supuesto agraviado, quien simuló ser víctima, fue liberado días después”, dijo.

Por otro lado, en el segundo caso, ocurrido en agosto de 2008, una mujer y un hombre se encontraban a bordo de un vehículo, en el centro de Tlalpan, cuando se acercó Israel “N”, portando un arma de fuego, con la que amagó al agraviado obligándolo a que se colocara en la parte trasera, al igual que su acompañante.

“Mientras el citado procesado se colocó al volante, otro de los participantes de identidad desconocida, se colocó en el asiento del copiloto y un tercer sujeto se sentó al lado de la agraviada”, señaló.

El servidor público recalcó que comenzaron la marcha del vehículo, siendo seguidos por otra unidad y en el trayecto a la casa de seguridad, ambas víctimas fueron agredidas físicamente y despojadas de sus pertenencias.

Al llegar a la primera casa de seguridad, un edificio de color amarillo, subieron a un cuarto nivel, donde los esperaban otros individuos, entre ellos Noé ‘N’.

“La indagatoria señala que posteriormente los agraviados fueron llevados a un segundo domicilio, pero al no poder negociar con la familia, les señalaron que solamente uno de los dos se podría ir, siendo el agraviado puesto en libertad, ya que era quien podría conseguirles el dinero que pedían por sus rescates”, puntualizó.

El vocero agregó que días después, luego de entregarse una cantidad menor a la solicitada, la segunda víctima fue liberada.

“Es de señalar que adicional a las condenas referidas, a ambos se les ordenó el pago de multas y también se les obligó al pago de la reparación del daño a las víctimas”, finalizó Ulises Lara.

Cabe señalar, que en los últimos años familiares de los hermanos Cañas, han acusado que la acusación en su contra fue fabricada y que no son miembros de la Banda de La Flor, conocida así porque acostumbraban dejar flores a sus víctimas o mandárselas a las familias de las víctimas.

También eran conocidos como los Petriciolet, cuya célula delictiva era integrada por ex agentes policíacos y los cuales están relacionados en decenas de secuestros, entre ellos el del hijo del empresario Alejandro Martí.