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Astudillo pactó con Morena para entregar el estado: Ponce

*También hizo acuerdos con AMLO para que en el poder legislativo no lo tocaran “ni con el pétalo de una rosa”

*El ex alcalde de Taxco y ex diputado local se pronunció a favor de que sean las urnas el método para elegir a la nueva dirigencia estatal y con ello se legitime el relevo por medio del voto de la militancia

ALEJANDRO GÓMEZ SOTELO
TAXCO, GRO.

El ex gobernador Héctor Astudillo Flores, traicionó al entonces abanderado a la gubernatura Mario Moreno Arcos, y pactó con Morena para entregarle el estado en las elecciones de junio pasado y cederle descaradamente municipios ganables importantes a ese partido, a cambio de algunos distritos locales como el 07 de Acapulco que negoció para su hijo Ricardo Astudillo Calvo.

Esto lo sostuvo el ex coordinador de la bancada del PRI en el Congreso local, Abraham Ponce Guadarrama, en entrevista desde Taxco de Alarcón.

Aseguró que el ex mandatario estatal hizo acuerdos con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para que en el Poder Legislativo local no lo tocaran “ni con el pétalo de una rosa” y desde su gobierno apoyara a abanderados de Morena principalmente a los distritos federales, por lo que negoció la comarca electoral federal 02 y vendió a la entonces candidata Aracely Alvarado González, quien tenía posibilidad de ganar a través de una alianza vetada por Héctor Astudillo.

“A Mario Moreno lo dejaron solo y hubo apoyo oficial del estado a Morena”, expresó Ponce Guadarrama, al recordar que desde el DIF-Guerrero se enviaron miles de despensas para apoyar a partidos de oposición al PRI, como ocurrió en Taxco a favor del PAN, donde quedó evidenciado el entreguismo de Astudillo Flores hacia Morena y López Obrador para entregarle prácticamente todo Guerrero y negociar espacios legislativos como el que ostenta su hijo, Ricardo Astudillo Calvo.

Lamentó que, con esos antecedentes, el ex gobernador y los caciques que se creen dueños del PRI en el estado pretendan disponer de las migajas del instituto político y busquen negociar posiciones con Morena para colocar a sus amigos, familiares y compadres.

“En el partido no entienden y siguen con las viejas prácticas, a pesar de las derrotas en procesos electorales recientes; sus principales jerarcas se espantaban de las tribus en el PRD, pero aquí están peor que eso”, señaló.

Reclamó que la dirigencia estatal del tricolor esté “escriturada” a favor de varios copropietarios y caciques que buscan realizar el relevo, pero de una forma amañada, sucia y con las mismas prácticas que tanto daño han causado al instituto, sin tomar en cuenta a las bases, a la militancia, sectores y organizaciones, y negarse en todo momento a abrirse a la sociedad para demostrar que es un instrumento de la comunidad.          

Abraham Ponce Guadarrama consideró equivocado el método que los copropietarios del tricolor “cocinan” para elegir al nuevo dirigente, porque a través de artimañas pretenden engañar a la militancia con un falso discurso de unidad interna y consenso, cuando en realidad trabajan para negociar con Morena y garantizar la permanencia de ese partido en el gobierno estatal por lo menos 12 años.  

Bajo esa premisa, el ex alcalde de Taxco y ex diputado local se pronunció a favor de que sean las urnas el método para elegir a la nueva dirigencia estatal y con ello se legitime el relevo por medio del voto de la militancia, en virtud de que una competencia interna daría vida al PRI y otorgaría una mayor dinámica para reactivar sus bases en un ambiente de competitividad en igualdad de condiciones.

“El PRI no tiene nada que perder y tenía la oportunidad para reactivarse, pero quienes se creen dueños del partido no quieren soltar la escritura distribuida en copropiedad y se niegan a escuchar opiniones; quieren todo planchado y ordenado”, agregó Ponce Guadarrama, al señalar que no es entendible el miedo del ex gobernador y su grupo por realizar la elección de la dirigencia por medio de urnas, a pesar de traer toda la maquinaria de un gobierno saliente.

El político taxqueño dijo que, si bien no trae nada personal en contra del ex jefe de la oficina del gobernador, Alejandro Bravo Abarca, que ha levantado la mano para dirigir al priismo guerrerense, pero el haber sido empleado de Héctor Astudillo durante seis años lo descalifica al tener una relación patrón-trabajador y vislumbra la continuidad de un mandato severamente criticado, además de la señal de una dirigencia sin legitimidad, “que se la juegue en las urnas y no tenga miedo”.

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